
Palazzo Falconieri es uno de esos sitios que uno se encuentra por sorpresa, luego de perderse en la ciudad. Basta deambular un poco más allá de Via Giulia o dar la vuelta equivocada en Palazzo Farnese creyendo que uno va de regreso a Campo dei Fiori para toparse con este lugar. Se encuentra perfectamente ubicado al centro de todo, pero lo suficientemente fuera del camino para que su descubrimiento sea un perfecto desenlace a la incognita del extravio (aunque hay que estar atentos pues su fachada puede pasar desapercibida).
Así es como el 21 de septiembre, por obra divina, terminé frente al Palazzo en el día de la inauguración de la retrospectiva dedicada a Robert Capa en la Accademia d’Ungheria. Debo decir que mi objetivo al comenzar el paseo aquel día era más del orden etílico, en mi caminar sobre Via Giulia (verdadera autopista renacentista) un gran cartel me recordó sobre el inicio de la muestra y me aseguró que me encontraba en el lugar correcto al momento adecuado. Y así, haciendo afán de mis pretensiones de cultura, me decidí de inmediato a entrar al lugar.
Me acerqué a la taquilla donde me informaron que la entrada era libre, con la condición de no tomar fotografías de la exhibición. Titulada Robert Capa, il fotoreporter, la muestra se desarrolla en 3 salas de la planta baja del Palazzo.
Robert Capa siempre ha ocupado un lugar particular en mi imaginario como fotógrafo. Desde que descubrí este mundo, él fue una de mis primeras referencias para adentrarme en el pensamiento fotográfico. Sus imágenes me enseñaron a contar una historia donde el individuo es el punto focal, donde el tema no es la guerra, si no las personas dentro de la guerra, siempre mostrando ese lado humano y cercano en los conflictos armados que presenció. Me mostró que no solo se trataba de documentar un hecho de manera fría, si no que la fotografía tenía la capacidad de contar toda una historia por si sola, y que la claridad de este mensaje dependía de la calidad compositiva de la misma.
La exhibición que rinde homenaje por su 110 aniversario, contiene una buena selección de las fotografías más representativas de los momentos clave de su carrera. Este corte transversal de su trayectoria nos solo nos permite ver los distintos acontecimientos en los que estuvo presente, o sus distintas facetas como fotógrafo, si no que nos adentra en su mirada y nos abre nuevas posibilidades para aprender a ver lo humano en lo cotidiano.
Grata sorpresa la de aquel día.
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